Clacisismo en ‘House of The Dragon’ (con poquitos spoilers)

Clacisismo en ‘House of the Dragon’
Por Manuel Clavell Carrasquillo

De la Redacción de Estruendomudo

Al caer la noche, el capitán de la guardia del rey (The City Watch) arengó a la soldadesca frente a las callejuelas: “Este fin de semana tendremos un vistoso torneo de lanzas, viene toda la nobleza del reino al castillo, y la ciudad está llena de criminales”.

Con esa excusa, los guardias de la armadura retocada con el famoso paño dorado, mutilaron y desmembraron los cuerpos de ladrones, abusadores y violadores. Dejaron un rastro largo de sangre y de miedo entre el bajo pueblo para asegurar la ley y el orden feudal en la capital amurallada de Westeros, King’s Landing.

En esos años de la monarquía de Viserys, el reino disfrutaba de un periodo de paz centenario y el clasicismo que trajo el progreso de las sociedades medievales prósperas –que se reflejaba en los adornos de la corte– tenía al rey y a los dos príncipes de la línea de sucesión muy aburridos. Era tanta la bonanza que quería representarse en la serie que nada pasaba y ni un poco de mugre se enseñaba.

Para salir del tedio y el protocolo, la princesita Rhaenyra soñaba con ser un soldado aventurero que le trajera fama a su estirpe, volar dragones por los océanos y comer bizcocho, mientras su madre la bajaba de la nube para recordarle que su función y su poder eran puramente reproductivos.

El príncipe Daemon, por su parte, ahogaba la euforia que le provocaban las redadas policiacas generalizadas para limpiar el bajo mundo de criminales en grandes orgías de palacete prostibulario para huir de la ordinariez del entourage de su esposa extranjera. No la aguantaba.

El rey se veía ansioso con los últimos días de la preñez de la reina, quien esta vez tenía que darle un heredero macho de su mala barriga. Pero Viserys, el máximo patricio de la familia Targaryen, Dominadores de Dragones, estaba enfermo. Los médicos le estaban tratando con sanguijuelas una llaga misteriosa rodeada de un pus tímido que le había salido en la espalda y que crecía.

Espero varias cosas para los próximos capítulos: que al fin los dragones sean protagonistas de algo verdaderamente maravilloso, que todas esas serpientes terreras sedientas de poder que asechan el trono lancen sus diálogos de veneno y que reaparezca la diversidad de los siervos de la Edad Media, realizando sus oficios rústicos en las condiciones de sometimiento insalubres y terribles de la época.

Mariúpol has fallen

Mariúpol has fallen

Por Manuel Clavell Carrasquillo

De la Refacción de Estruendomudo


El famoso batallón de Azov ucraniano que aún resiste en la fábrica de acero de Azovstal el asedio despiadado del ejército ruso que ha masacrado a la población y quemado con fuego y bombas de fósforo hasta convertir en cenizas la ciudad costera de Mariúpol, que tiene salida del de Azov hasta el Mar Negro, está a punto de ser completamente apresado por Rusia.


Sólo quedan dentro de los búnkers de la era soviética donde se hacinaron para no rendirse los altos mandos de la resistencia ultranacionalista, acusada de incluir en sus filas a neonazis para pelear contra el régimen de Putin bajo la consigna necrótica atribuida a los cubanos revolucionarios: “Patria o muerte, venceremos”.


Estos héroes, según los calificó Zelenski, el presidente de Ucrania, continúan alargando una terrible fantasía bélica: mientras los últimos de la nación sobrevivan en Azovstal, aunque sea en condiciones de hambre, sed y horror, el enemigo no puede cantar victoria. Está obligado, según publican en los medios, a aceptar que Ucrania no ha sido borrada del mapa.


Esto es insostenible. En Mariúpol no queda mucho para preservar la vida humana. Es un pueblo fantasma conquistado por la federación invasora. ¿Cómo puede ser que esa obstinación de los ultranacionalistas, de inmolarse en masa en Azovstal, vitoreados por una parte considerable del bloque mundial antirruso, sea símbolo de raciocinio?
Desde el inicio del conflicto este febrero los aliados de la Otan han ido construyendo esa leyenda de los mártires de Azovstal, alimentando el fanatismo, negando lo innegable: el enemigo doblegó ese enclave portuario que es crucial para la transportación marítima regional.


Esto es imperdonable. ¿Mariúpol desapareció, el oso imperial de oriente la descuartizó, la carnicería se transmitió en vivo con tomas fijas, pero todavía es ucraniana porque en Azovstal quedan 200 barbudos sumidos en un infierno real? 


Es muy doloroso aceptar que la propaganda esotérica de una espiritualidad tan absurda como el sentido de pertenencia a una nación llevará a la gloria, una vez más, este tipo de sacrificios sangrientos antiguos. Únicamente  para justificar en base a otro mito de fe la existencia banal de los que se entretienen con la difusión de los relatos y las imágenes de las matanzas, violaciones y éxodos por YouTube.


Marúpol no ha caído todavía, declaran con estilo culto y diplomático, aunque simulan, con la “valentía” que da la distancia, que desconocen su implosión definitiva.

Diálogo de los damnificados

Carlos Enríquez, por Alice Neel.

Diálogo de los damnificados
Por Manuel Clavell Carrasquillo

De la Redacción de Estruendomudo


Quise hablarte
sobre lo inestable
(del sistema eléctrico),
desmontar
consolaciones,
insistentes llamados
a la calma,
como hay hombres
trabajando.
Embestí
con datos máximas:
obsoleta red,
eclipse inevitable.


Me atajaste con
un pare de sufrir,
un vamos a ver
qué pasa.
Demoliste
mi denuncia
de los fallos.
Nos compromete
pues no podemos
hacer nada.
Tus palabras
de activista
son máscaras
que desfiguran
el boletín
de restablecimiento.


Pura fe,
como la mía,
—nuestra fe—
en que prenda la luz;
espontánea.

Muerto por la libertad

Muerto por la libertad
Por Manuel Clavell Carrasquillo

De la Redacción de Estruendomudo


Si en el asedio de San Juan
me armo partisano,
rebelde civil,
defensor de lo mío
y de la patria esclavizada
convocado por la Resistencia
pero, luego de luchar,
me apresan,
me torturan,
me violan,
me destruyen
y me lanzan maniatado
a una cuneta;
pido a los fiscales,
investigadores,
de la corte penal internacional,
la prensa,
todos los funcionarios
e indignados en general…
que no me nombren víctima,
ni indefenso ciudadano
borrado en holocausto.
Ruego que me entierren
a la italiana,
a la sombra de una bella flor,
para que cuando la gente pase
me canten:
“¡Esta es la flor de un partisano
muerto por la libertad!”.

‘Mangú’, ¿puré o majado? Una diatriba académica

Escribe Manuel Clavell Carrasquillo

De la Redacción de Estruendomudo

La inclusión de ‘mangú’ en el diccionario hay que celebrarla con huevo, queso frito y salami pero esa definición como ‘puré’ es una comemierdería de la academia. El mangú no es ‘papilla’. ¿Qué pasó con ‘majado’? Este último término me parece más apropiado porque para hacer mangú hay que golpear o machacar los plátanos.

La negación de la isla

Escribe: Manuel Clavell Carrasquillo

De la Redacción de Estruendomudo

Una “monja” con hábito color shocking pink bendijo a Raphy Pina en la calle Chardón, a su salida como convicto del tribunal federal, y gritó amén mientras se escuchaba por una tumbacocos una canción revolucionaria de El Jíbaro y un fanático interrumpía para fotografiar a Daddy Yankee.


No se filmaba en vivo una escena del infrasurrealismo tropical tan absurda como esa desde hace décadas. Ni “monjas” así aparecidas en las pantallas desde las películas de Jacobo.


Las palabras que se dijeron a la salida de la corte, y las imágenes que se transmitieron, develan una tragicomedia de personajes que insisten en repetir el discurso de la negación de la realidad que permea todas las esferas de la isla. Como si todo fluyese en perfecto orden divino.

Peces que se devoran

Peces que se devoran
Escribe Manuel Clavell Carrasquillo
De la Redacción de Estruendomudo
Foto de Juan Torres Gluck

8 de agosto de 2021

La vida es bella, punto. Tanto, que anoche un chorro de personas encendió lucecitas para acompañar cantando Circo Beat al rockero Fito Páez en el Centro de Bellas Artes de San Juan durante uno de los tantos picos de la pandemia.

Y más, porque hoy leí el recuento que hizo Roberto Bolaño de su viaje surrealista de Los Ángeles a la capital de Chile, Santiago, luego de haber pasado una temporada en el exilio tras el golpe de estado.

Para él, aquel avión atravesaba la noche dentro de otra nave, que era la noche misma del planeta, viajera incesante por el cosmos. Y explicó que esa secuencia era, a su vez, una versión de las famosas representaciones de los clásicos que describían un pez que se traga a otro; y también pintaban otro que, asimismo, los devora.

Sentí vértigo y pasé la página.

En la próxima, el narrador describía el aeropuerto, pero no daba tregua: decía que allí los chilenos, por los horrores del régimen dictatorial, deambulaban como almas en pena, incluso sin tener billetes, cuando soñaban con alguna escapatoria por encima de los aires familiares de su patria calabozo.

Desvanece

Roy Lichtenstein, Vicki! I–I Thought I Heard Your Voice!, 1964.

Desvanece

Escribe Manuel Clavell Carrasquillo
De la Redacción de Estruendomudo

El miedo
a morir
se llevó
contactos.
Exilió
lo íntimo.
Descuartizó
entendidos.

Los murmullos,
perdieron
fuerza
en las redes.
Se fugaron,
como enfermos.

El vacío
lo ocuparon
likes,
(pulgares),
emojis
(lengüitas).

Par de afiches
señalaron todo.

La palabra
dicha para ti
fue encuevada
por un pacto
de alivio.

Los gestos,
detenidos,
mecanizados,
los imaginabas.

Los ecos,
muy ajenos,
resonaban,
falsos.

Fue que
se autopublicaron,
temblorosos,
en los stories.

Dos ciudades

Escribe Manuel Clavell Carrasquillo

De la Redacción de Estruendomudo

***

El maestro narrador,

Piglia,
pasea
por Buenos Aires.
Cuenta
que sale a perderse
de sí
en esa anchura,
pero entre párrafos
cuela bajas
amorosas,
políticas.
Desencuentros
en cafés y bares
de todo tipo:
como los del espía
en territorio enemigo.
Da volteretas largas y
mínimos detalles
sobre gentes y edificios.
Publica el laberinto
de sus obsesiones.

Leo sus paseos
sentado
en plazas playeras
de Santurce.
Voy comparando
mis pasos
por sus callejones
con los suyos
por los bulevares.
Breve, maldita, detenida.
Para mí,
es una intersección
con cuatro opciones
para ventilar despojos
desde hace más de 20 años.
Y me pregunto,
¿seguiré contándolas?