Décimas satíricas de nuestro jíbaro residente
Escribe: Keyo Novo Tomás

El Plan de Ajuste Fiscal
que nos espetó el gobierno
es algo como el infierno
pero el doble de brutal.
En situación tan crucial,
me atrevo a plantearles yo
que, si no nos libra Dios
de esta terrible jornada,
ya no se puede hacer nada,
¡este país se jodió!

Un jíbaro –esto es real–
le preguntó a un abogado
cuál era el significado
del Plan de Ajuste Fiscal.
En su oficina legal,
le contestó el leguleyo:
“El plan no te da resuello
(ejem, mil por la consulta),
y aunque tu pregunta es culta,
ese PAF te rompe el cuello”.

El precario presupuesto
del gobierno en esta senda
se manejará en Hacienda
aumentando los impuestos.
Ya se anticipaba esto
con el desmadre que vio
el pueblo con Rosselló,
Sila, Aníbal y Fortuño,
y no hay quien salve el terruño,
¡este país se jodió!

Huyó el jíbaro asustado
del asalto que fue objeto
diciéndose: “Este sujeto
es un ladrón colegiado”.
Visitó a un pastor, frustrado,
quien le explicó con afán:
“Ese PAF es un desmán
que te mandará al infierno,
ve a mi iglesia, paga el diezmo
y así entenderás el plan”.

Ni decir lo de Agapito,
que improvisa a toda costa
mientras pelea Melba Acosta
con el “genio” de Tatito.
El pueblo del ay bendito
no tiene suerte ni voz,
el gobierno que eligió
le quitó los beneficios
y, a golpe de sacrificios,
¡este país se jodió!

Salió corriendo y a un cura
que se encontró en el camino
le dijo: “Padre divino,
explíqueme esa locura”.
“Tranquilo, hijo, procura
ofrendar, pues, cual la misa,
parte el plan de la premisa
del sacrificio y sabrás
que perderás con el PAF
techo, fondillo y camisa”.

Nos acechan los bonistas,
nos niega su apoyo Obama
y empeorará el panorama
si triunfan los estadistas.
Esto no hay quien lo resista
y sospecho –una de dos–
o el Yanqui ya nos dejó
o acaso el maldito PAF
se lo inventó Satanás
y este país se jodió…

En medio del desespero,
fue corriendo a las Noticias
y sobre el PAF sin malicia
inquirió a Susan Soltero.
El radar del noticiero
le mostró muy complaciente
y ubicó al PAF, diligente,
como “esa cosa pelúa
grande como una picúa,
que viene a jincarte el diente”.

Así marcha Puerto Rico
con un PAF duro y salobre
que les da fuete a los pobres
y masajes a los ricos.
Mientras, con cara de mico,
el gobe de dulce voz
coge un avión, dice adiós,
se larga de vacaciones
y, a fuerza de frustraciones,
¡este país se jodió!

Fue al Capitolio incisivo
y exigió a un legisladrón:
“Dígame en una oración
si el PAF es un plan nocivo”.
Tras pedirle un donativo
y rascarse la cabeza,
dijo el solón con torpeza:
“No te sé decir exacto
qué es el PAF, pero ipso facto
ve y pregunta en Fortaleza”.

Que al pueblo no lo respeta
nadie que esté en el poder
y nada se puede hacer
con los huevos a peseta.
No sé si el PAF es la meta
que el gobierno se trazó…
Sube el pan, sube el arroz,
te retienen el reintegro
y no esperen Viernes Negro,
¡este país se jodió!

Sin salir de su sorpresa,
como sin querer la cosa,
puso pies en polvorosa
y se fue a La Fortaleza.
Le preguntó con franqueza
Al señor Gobernador:
“¿Cómo demonios, señor,
usted se está postulando
si, tras el cambio de mando,
esto se ha puesto peor?”.

El CRIM te sigue y te acosa,
te hunde la legislatura
mientras Hacienda procura
mondarte como a lechosa.
Pierdes la casa, la esposa,
la paz, el carro, el reloj,
los ahorros, pierdes to’,
el crédito, el empleo, la fe
y ya no hay duda de que
¡este país se jodió!

Agapito le explicó
sobre bonos de inversión,
sobre la bolsa, el Dow Jones
y el déficit que heredó.
Los pillos de Rosselló,
el cambio operacional,
el Plan de Ajuste Fiscal,
el impago y –sonriente–
le aconsejó: “Sé valiente
pues te tengo que clavar”.

El Plan de Ajuste Fiscal,
cual la medicina amarga,
es que te puyen las nalgas
con una inyección letal.
Es la muerte, lo fatal,
con el dolor, sabe Dios,
de que Ricky Rosselló
para el bendito país
sea el futuro y, si es así,
¡este país se jodió!

Ante este tono burlón,
comprendió que en Puerto Rico
chupa el grande, chupa el chico
y escasea la indignación.
Buscando una solución,
dijo el jíbaro sensato:
“Si todos roban, es grato
que también yo robe un poco…”.
Y, como haciéndose el loco,
se declaró candidato.

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