Escribe Manuel Clavell Carrasquillo

De la Redacción de Estruendomudo

Nuestros Díalogos y monólogos han sido el apocalipsis más Hermoso de mis vidas, haciendome ver que no estoy solo en este bosque tropical de concreto.

 

-Grafiti en caja de metal sobre el Paseo de Diego. (En la foto)

Curiosos consuelos el diálogo, el monólogo, “el logos”, contra la soledad que aprieta el alma en la ciudad achicharrante, rodeada de tantos y tantos.

Pero lo verdaderamente terrorífico de esta escritura en esprey que fotografié es el “lo nuestro” apocalíptico; ese plural inclusivo que queda destinado por el grafitero al fin y al devenir eterno en lo que será salvo, según la promesa de la doctrina extracrística del último libro del canon sagrado.

Aunque todo lo anterior se desvanece en el aire de la palabra “vidas”, puf, las “mías”, casi sin que los occidentales lectores se tropiecen con ese enigmático plural, que paradójicamente descarta al interlocutor de aquellos “diálogos”, para colmo perfumado por el avasallador aroma del sándalo reencarnista.

Se plantea lo apocalíptico en el grafiti como lo Hermoso pero allí lo hermoso para mí es más bien el vértigo de seguir encontrándome perdido, pretendiendo conquistar la salida, no sé ya si orientalista, de ese laberinto: cuántas, dónde.

Ah, y que conste, no estoy claro en que sea “SMOG” quien firma, pero sí es evidente que el rabo que ensarta la rúbrica en un trazón de flecha se parece al látigo castigador de Sísifo, o a la cola del Diablo. Eso surge clarísimo.

 

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