Un jíbaro en Fortaleza
Por El Lince del Utuao
Especial para Estruendomudo
Nota de la Redacción: Regresa el Jíbaro Residente de este blog con unas décimas satíricas potentes sobre los delirios de grandeza que deja entrever en cada conferencia de prensa Pedro Pierluisi, el nuevo inquilino del Palacio de Santa Catalina, sede de su gobierno.
Con su cara de fregao,
al gobe oímos decir
que él no nació en Garden Hills,
que es un jíbaro castao.
Cierto jíbaro bragao,
al escuchar tal desmadre,
le espepitó a su compadre
tras el carraspeo de ajuste:
“¡Carajo! ¡Qué tronco ‘e embuste!
¡No se lo cree ni su madre!”.
O Pedro tenía una juma
o se hizo el mamaíto,
mas, no crea ese blanquito
que nos coge de sorumas.
Sólo ha defendido a LUMA
quien la Junta asesoró,
luego dirá que vivió
en un monte de Jayuya
y que toma café puya
desde el día en que nació.
Pierluisi, todo un cristiano,
por lograr la estadidad,
extinguiría sin piedad
a todos los jayuyanos.
Su guille de “americano”
a semejanza de Trump,
se refleja en su inclinación
al fraude en las elecciones
y en la trulla de buscones
bajo su administración.
Ya tu turno de ratero
y tu afán de estadidad
concluirán en “menos ná”
cuando el gringo diga: “CERO”.
Mientras, farsante embustero
–jibarito de ocasión–,
admite ya la ambición
que te llevó a gobernar:
¡Mentir, chupar y robar!
¡Que viva la corrupción!